Los verdaderos "Romeo y Julieta"

sábado, 6 de octubre de 2007

Shakespeare no era original con esta historia, se basó en unos antiguos amantes babilonios ¿a qué historia me refiero? a Tisbe y Píramo.

Uno era el joven más bello de todos, la otra la más hermosa de las doncellas, vivían en el reinado de Semíramis, quien había rodeado de muros su ciudad. Al ser vecinos se conocieron siendo muy jóvenes, al dar sus primeros pasos; a medida que pasaba el tiempo apareció el amor y planearon su matrimonio, pero sus padres se opusieron, claro, tenían otros planes para ellos, rencillas entre vecinos y cosas así. Esta claro que ni Tisbe ni Píramo aceptarían argumentos semejantes, así que tuvieron que idear la forma de encontrarse.

La pared que separaba ambas casas tenía una pequeña grieta (un defecto en su construcción de seguro), nadie se había percatado de tal detalle, claro... tampoco buscaban con el mismo ahínco que esta joven pareja. En ese lugar sus voces encontraban camino en breves murmullos y suspiros. Por supuesto, la grieta no era tan grande como para permitir algo más, por lo que cada vez que se decían adiós se enviaban besos que no llegaban al otro lado.

Por supuesto, para ninguno de ellos esto era suficiente, estaban contentos de poder hablarse, pero su objetivo era el estar juntos; así que planearon la forma de conseguirlo, y como sus padres se seguían oponiendo decidieron huir de allí. Para no perderse, se pusieron de acuerdo en reunirse en el sepulcro de Nino, bajo un árbol cercano que estaba, a su vez, al lado de una fuente; y con estos planes se despidieron, deseando que llegara pronto la noche para poder huir.

La primera en lograrlo fue Tisbe, astuta entre las tinieblas logró engañar a los suyos y sentarse bajo del árbol a esperar. En ello esta cuando una leona aparece, en su hocico trae las huellas de una reciente matanza, la sangre de los bueyes que fueron su presa se ve con total claridad. Tisbe decide buscar refugio, no vaya a ser que todo se eche a perder a causa de la leona, pero aquí comete un error fatal deja caer su velo mientras huye. La leona, aplacada su sed (puesto que su objetivo era beber de la fuente), se dispone a marcharse, pero, al ver el velo decide jugar un poco antes. Es así como lanza la prenda de un lado a otro, dejándola cubierta de sangre y rasgada con sus garras.

Pasa el tiempo y Píramo aparece, ve las huellas de la fiera, el velo ensangrentado y destrozado... su tez palidece, cree a su amada muerta. Se dirige con paso tembloroso al árbol, donde solo momentos antes estaba Tisbe, toma su puñal y, con el velo todavía en la mano, atenta contra su vida.

Y es así como la joven doncella encuentra a Píramo agonizante. Inconsolable, toma en sus manos el puñal y se suicida junto a Píramo. Y así, abrazados, quedaron Píramo y Tisbe al pie de aquel árbol de moras que, desde entonces, nos recuerda con el color de sus frutos la tragedia vivida por los desgraciados amantes.

1 comentarios:

Violeta J. dijo...

Ainssss, Dios!! Es tan triste como Romeo y Julieta.. leñe.. al menos podrian haberse salvado estos, jajajajajajajaja. En fin.. muy chula la historia, Aelo!!