Amaterasu, la diosa gloriosa que brilla en el cielo

jueves, 11 de octubre de 2007



Amaterasu saliendo de su cueva ante los dioses

En la tradición sintoista, Amaterasu (cuyo nombre completo es Amaterasu O Mikami, la diosa gloriosa que brilla en el cielo) es una de las principales deidades. Desciende del dios Izanagi, quien –tras ir a buscar infructuosamente a su esposa Izanami a los infiernos- debió purificarse para poder entrar de nuevo en el mundo de los vivos. Del ritual purificador surgieron Susanowo, el dios de las tormentas, que nació de la nariz de Izanami; del ojo izquierdo nació Tsukiyomi, deidad vinculada con la luna y, finalmente, Amaterasu nació de su ojo derecho.

Cuenta la leyenda que en el reparto del mundo que hizo Izanami entre sus tres hijos, Susanowo se sintió celoso de Amaterasu, que había recibido el sol y empezó a atacarla (según unas versiones la insultó y ofendió, según otras se dedicó a hablar mal de ella a otros dioses, también puede ser que la asustara…), lo que hizo que ésta se sintiera triste y desolada y huyera, escondiéndose en una cueva que selló con una gran roca.

Tras esto, los dioses castigaron a Susanowo pero esa es otra historia que habrá de ser contada en otro momento; ahora la protagonista es Amaterasu…

El mundo, sin sol, se convirtió en un lugar frío, oscuro y triste y fue tomado por los demonios que disfrutaban de la oscuridad; a partir de ese momento todo fueron desgracias, la tierra ya no fue fértil, las personas enfermaban, morían los animales. El sol es la vida y Amaterasu se lo había llevado con ella a una cueva.

Los dioses se reunieron para intentar hacer volver a la diosa, intentaron convencerla, usaron la fuerza, engaños, pero no hubo manera: ella estaba terriblemente ofendida con su hermano y no pensaba volver (cuánto tendrían que decir los psicoanalistas de esta reacción…).
Finalmente, Uzume, la diosa de la risa y de las danzas, ideó un engaño para hacerla volver. Formó a los dioses en un cortejo grandioso, con músicos, cantantes, danzarinas y, ante la cueva, comenzaron a tocar música y cantar, cantos y bailes aderezados con las bromas y chanzas de Uzume (que en ocasiones podía ser bien obscena)

Al oír la música y las bromas, Amaterasu, intrigada, apartó ligeramente la roca y miró hacia fuera viendo a los dioses y diosas cantando y bailando, lo que le causó cierta envidia, decidiendo salir de la cueva y unirse a la fiesta, momento que aprovecharon los demás para sellar de forma permanente la gruta e impedir que Amaterasu volviera a esconderse.

Otra versión cuenta que le hicieron creer que estaban festejando la llegada de un dios superior, lo que le intrigó, por lo que decidió unirse a la fiesta. En el momento en que salía de la cueva vio a la gran deidad que estaban esperando los demás dioses y diosas, deidad que no era más que un reflejo de ella misma en un gran espejo puesto por Uzume frente a la cueva.

Así, Amaterasu comprendió su importancia para el mundo, por lo que decidió no esconderse más, de manera que el sol volvió y se restableció la paz.

Amaterasu es actualmente la diosa protectora de Japón (para la religión shintoista) siendo prácticamente el único caso en el que el dios más relevante de una mitología (vigente) es una diosa.

2 comentarios:

Aelo dijo...

Me parece genial que te hayas animado a crear una entrada Fresa, además de que te ha quedado muy bien explicada ¿y eras tú quien me hablaba de nivel? vamos, que contigo hay que quitarse el sombrero.

Además, es un gusto leer sobre mitología japonesa.

Un abrazo

Montse Gallardo dijo...

Bueno, gracias por invitarme a participar en tu blog, la verdad es que me encantó la idea.

Y me alegro de que te haya gustado mi primera aportación